No es lo mismo "ver" que "mirar". Ver lo hace cualquiera que no sea ciego, no es un acto voluntario ni consciente, es más bien reflejo; mirar implica un proceso de conciencia porque es prestar atención a lo que veo, por lo tanto, una persona ciega puede mirar mejor que una vidente. Es comprometerme con aquello en lo que mis ojos se posaron, es descubrir lo invisible en lo visible, la esencia de lo que veo. Cuando miro desentraño lo mirado, lo renuevo, lo reinvento, lo saco del anonimato cotidiano, lo hago renacer.
Volvamos la mirada hacia nuestro interior, reinventémonos desde una perspectiva nueva, hagámonos cómplice del observador y lo observado en un juego fluctuante. Así la vida cobrará colores nuevos y las personas aparecerán ante nosotros con sus verdaderas potencialidades.
Decía Antoine de Saint Exupery en El Principito "lo esencial es invisible a los ojos".
Volvamos la mirada hacia nuestro interior, reinventémonos desde una perspectiva nueva, hagámonos cómplice del observador y lo observado en un juego fluctuante. Así la vida cobrará colores nuevos y las personas aparecerán ante nosotros con sus verdaderas potencialidades.
Decía Antoine de Saint Exupery en El Principito "lo esencial es invisible a los ojos".
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